Principios básicos para la periodización y programación de la carga de entrenamiento físico

Dec 03, 2021

Sabemos ahora que el estímulo físico o carga de entrenamiento, que generará adaptaciones en la persona que lo ejecuta, es una combinación de variables o componentes cualitativos y cuantitativos. Pero estas combinaciones o interacciones no pueden darse al azar o por pura inspiración del día, siguen un patrón, una forma, un método, una estructura que permiten a la larga lograr un resultado, un objetivo.


Planteemos un caso general. Imaginemos una persona que tiene un problema de obesidad y su objetivo es reducir peso graso. Debemos tener claro que la pérdida de peso no es inmediata o como se suele decir, no es algo que se logre de la noche a la mañana (excepto por cirugía), entonces, bajo ese contexto, la pérdida de peso debe ser gradual y sostenida en el tiempo.

Para lograr dicho objetivo, luego de las evaluaciones físicas del caso, se diseña un plan de entrenamiento (prescripción de ejercicios físicos), por ejemplo, para 12 meses con el propósito de lograr la meta. La idea es que el objetivo final sea la sumatoria de “mini-objetivos” que pueden irse logrando paulatinamente, es decir, se plantea la estrategia de diseñar programas de ejercicios por espacios de tiempo (por ejemplo: programas para 4 a 8 semanas de entrenamiento). Hablamos entonces de fases de entrenamiento o períodos de entrenamiento en el que se pueden lograr metas específicas que en sumatoria a lo largo de los 12 meses se traduzcan en el logro del objetivo final. A esta forma de elaborar los programas por fases o periodos se le denomina periodización del entrenamiento físico.


De acuerdo con lo anterior se puede deducir que las cargas de entrenamiento se aplicarán por períodos, es decir que los componentes cualitativos y cuantitativos de la carga de entrenamiento se irán manipulando en cada período en base al estado físico y de salud de la persona (paciente, por citar). En un primer periodo, por ejemplo de 6 semanas, se logrará un primer “mini-objetivo”. Antes de iniciar con un segundo periodo de entrenamiento (por ejemplo, otras 6 semanas de entrenamiento) el paciente será evaluado nuevamente para analizar los cambios-adaptaciones logradas y con ello diseñar este segundo programa de ejercicios que al finalizar su aplicación permitirá el logro de un segundo “mini-objetivo”, y así se continua a lo largo de los 12 meses hasta lograr el objetivo final.

Por lo tanto, en base a todo lo anteriormente señalado, queda evidenciado que las cargas de entrenamiento no son siempre las mismas, éstas van cambiando a lo largo del tiempo a medida que la persona va mejorando su estado físico y de salud. Los cambios en las cargas de entrenamiento que se van realizando a lo largo del tiempo siguen pautas, normas o principios que las “regulan” de tal manera que las adaptaciones a lograr se den en un escenario eficaz, eficiente, seguro y saludable, tal como sucede como analogía en el campo de la medicina al realizar la prescripción de un medicamento que en base a su adecuada dosificación permitirá resolver alguna dolencia o enfermedad en particular.

Abordemos ahora los principales principios de la periodización de las cargas de entrenamiento físico que nos servirán como “reguladores” al momento de diseñar nuestras prescripciones de ejercicios para un objetivo en particular.

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